Se ha esmaltado la tarde de duro lapislázuli
y se desmaya el oro
por los cálices tibios
del mirar de los muchachos...
cuando tú has elegido
volcarte como un vino espeso y apagado...
por la enramada en penumbra
del rostro de Sevilla.
Y te verán andando,
portado el nudo frágil de tu oscura belleza
por regueros de sudor arrebatados en alas,
tu dolor... como ajeno
a la selva de incandescentes labios que te abrasa
y reclama ese brillo de miel que se derrama
por el fanal de tus mejillas.
como por un levante de invisible sangre,
asomada a una sima de rebosante llanto,
hundida, perdida, desbordada
en tu gruta de hojarascas de plata
ante un océano de ojos
que indaga en tu dolor y que se arroja
contra la muralla impenetrable de tu pena.
Mas para comer de tu amargura,
para besar la llama turbia de tu corazón en llagas...
ni tu perfil
ni la canela quemada de tu ceño,
sino sentir perderse tu silueta
hecha estela de música engarzada
a la cabellera grana de tu manto...
y tocarse entonces, sobre el pecho...
el resbalar ardiente y silencioso
de la cera eterna
de tus lágrimas.
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2 comentarios:
Sublime. Tus imágenes hablan por sí solas, pero si las dotas con una pincelada como esta... impresionante.
Precioso amigo.
Un abrazo.
Tremenda la primera foto...
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